domingo, 24 de marzo de 2013

Recordándote

Hoy es de esos días en los que estoy sentada tan solo pensando en el transcurso de mi historia. Me siento extraña, mi corazón se siente como si tuviera púas al rededor, apretando con fuerza.
Principalmente estoy pensando en alguien, recordando como hace tiempo creía que era el hombre perfecto para mi vida.
Ese hombre, al que le pondré el nombre de Daniel, en cuanto lo vi llamo mi atención, no sentí amor al instante, soy de las personas que creen firmemente que el amor no surge en cuanto conocemos a una persona. Es como cuando siembras una semilla, en el instante no vez el fruto, necesita tiempo, luz del sol, agua, entre otras cosas.
Volviendo a Daniel, mientras lo conocía más interesante me parecía, es de esas personas que te sacan una sonrisa con tan solo mirarte, es generoso y amable. Tiene un sin fin de cualidades hermosas.
Se fue metiendo en mi corazón, en verdad yo quería que estuviera dentro, yo misma le abrí la puerta.
Compartimos muchas historias juntos, travesuras, tristezas, enojos.
Pero tras esa bella cobertura había un defecto, era un cobarde. Decía "te amo" con tal ligereza que parecía verdadero, incluso me veía a los ojos mientras lo decía.
No fue un cobarde por no amarme, en fin, no se puede obligar a alguien a sentir amor. Lo fue porque no me dijo que su corazón pertenecía a otra. Tan cobarde fue que incluso yo sabiendo ya su verdad quería quedar como el bueno diciéndome que en verdad me amaba, ¡Por favor! ¿Por qué no podía tan solo decir la verdad?.
Me dolió terrible lo que paso, pero nunca pude desearle el mal, solo quería verlo feliz. En verdad lo extraño y me duele aún lo ocurrido. Duele entregar tu corazón a la persona equivocada, pero no queda mas que levantarte y avanzar. Lo que no te mata te fortalece, y es cierto.

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